SOBRE LA MARCHA
Dr. Julio Chirinos Pacheco |
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Dignas Autoridades presentes |
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"Sobre la Marcha" es el título del libro, escrito por el sacerdote español, docente y médico Luis de Moya en cuyas páginas se encuentran las confesiones de un tetrapléjico que ama apasionadamente la vida. No encuentro méritos suficientes en mi persona para hacer la presentación de esta singular y etraordinaria obra, a no ser quizás, mi modesto trabajo académico y asistencial en el campo de la Medicina. En todo caso me siento muy honrado con esta designación y expreso de inicio mi profundo agradecimiento por esta distinción a Libreria Sardón S.A. encargados en el Perú de la edición de "Sobre la Marcha". |
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El autor
Las primeras consecuencias de un accidente
Jamás había pensado en escribir un libro
La vida activa no terminaba
"Empleando la cabeza" |
Don Luis de Moya nació en Ciudad Real en el año de 1953 y es el mayor de 8 hermanos. Inició en Madrid sus estudios de Medicina en 1969 y tres años después solicitó su admisión en el Opus Dei. Entre 1975 y 1978 fue secretario del Colegio Mayor Moncloa, obra corporativa del Opus Dei en Madrid. A finales de 1978 inició sus estudios de Teologia en Roma por espacio de 2 años. De vuelta a España desempeñó labores de capellán en un Colegio de secundaria en Pamplona, viajando semanalmente a Loroño desde Pamplona para atender pastoralmente una escuela familiar agraria. En 1983 sc graduó de Doctor cn Derecho Canónico y al año siguiente es nombrado secretario del Consejo de Capellanía de la Universidad de Navarra y Capellan de la Escuela de Arquitectura, cargo que desarrolló por muchos años. En 1991, un accidente automovilístico lo pone en peligro de muerte y le deja cuadripléjico. Hoy, Luís de Moya se encuentra reincorporado a sus actividades de Sacerdote y docente, misión que cumple a cabalidad sin más limitaciones que las que le impone la inmovilidad, ayudado por una silla de ruedas. Esta Biograffa, juzgada a la ligera, puede parecer una secuencia lógica de la vida de alguien que sufre un accidente y se recupera; historias como hay muchas, pero si nos detemos a analizarla veremos que ésta es diferente. Se trata de un hombre que antes del accidente, que cambiaría el rumbo de su vida, se encontraba en la edad en que el ser humano alcanza la plenitud en sus facultades; inteligente, instruido, culto y con una posición espectante como sacerdote y docente universitario. Un accidente, de una manera brusca y violenta, quebranta su salud ya que queda gravemente enfermo permaneciendo en peligro de muerte por varios días. Sobrevive, pero con una terrible secuela: queda tetrapléjico, es decir, con parálisis de las cuatro extremidades y de algunos músculos que ayudan a la respiración, con pérdida de la sensibilidad desde el cuello hasta la punta de los pies, sin poder controlar la micción ni la defecación, pero con absoluta conservación de sus facultadas mentales. Ante situaciones semejantes o de menor cuantía, muchas veces se escucha en los pasillos de los hospitales expresiones como ésta: "es preferible la muerte" y cuantas veces hemos visto destruirse vidas, desmoronarse recias personalidades y desunirse familias ante la enfermedad; sin embargo, como en cuentos de ficción, el protagonista Luís de Moya, hoy 6 de mayo de 1998, vive en España, en una comunidad del Opus Dei, desempeñando el cargo de capellán y docente de Arquitectura de la Universidad de Navarra y lo hace con alegría, eficiencia y vehemencia, con una clara sensación de normalidad. Dentro de esta normalidad están los proyectos ilusionados, nada ingenuos pero optimistas, sin perder de vista su realidad como él mismo escribe, impulsado por una fuerza sobrenatural que es su amor a Dios. Y dentro de ese contexto de vida Moya decide escribir un libro, tarea que de por sí es difícil aún para los versados en letras, sin embargo, asume este reto y gracias a su tenacidad logra sobreponerse a la adversidad con creces y es así que hoy tenemos en nuestras manos su obra titulada "Sobre la Marcha". Como el autor indica, creyó que sus afanes de redacción y escritura terminaron con la elaboración de su Tesis Doctoral y jamás había pensado en escribir un libro. Son las vivencias consecutivas a su accidente y a la limitación física posterior las que le impulsan a describir sus anécdotas y sentimientos, sus deseos intensos de sobreponerse a la adversidad y la manera como las ha logrado. Luis de Moya escribe "Yo no podía, no debía, buscar sentirme simplemente cómodo o lo menos contrariado posible entre mis cuatro paredes, como si no pudiera hacer otra cosa, como si ya nadie esperara nada de mí. Si hubiera caído en ese planteamiento, habría condenado mi vida al lamento permanente como telón de fondo" Estas experiencias han sido plasmadas en el libro "Sobre la Marcha" Confesiones de un tetrapléjico que ama profundamente la Vida. Es además muy meritorio destacar la forma cómo ha sido escrito el libro. Hubiera sido más sencillo para un cuadripléjico dictar el contenido a otra persona para que copiara el texto. Luis de Moya en gran parte ha escrito materialmente la mayor parte del mismo, gracias a su gran voluntad, ayudándose de una computadora especialmente adaptada para él. Mediante un ratón que mueve con la cabeza y pulsa con leves soplidos, utiliza las letras que aparecen en un teclado en la pantalla para ir construyendo, en forma lenta pero segura, las palabras que constituyen la obra. |
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El libro |
En sus 211 páginas, separadas en siete capítulos, el autor narra algo de su vida anterior al accidente y, posteriormente, el lento proceso de su recuperación física y moral hasta lograr reincorporarse a su actividad previa, la que desarrolla actualmente. En él describe con detalle sus experiencias como paciente, algunas de ellas agravadas por la preocupación que significa el tener conocimiento de las dificultades y complicaciones que impone su situación clínica, ya que debemos mencionar que además de sacerdote es tambien médico. Así mismo, y de manera muy importante, expresa sus vivencias puramente humanas, las reacciones psicológicas que su nuevo estado provocan y las reflexiones filosóficas y religiosas en las que los conceptos de Dios y Amor están profundamente ligados, para ofrecer su situación como un motivo de perfeccionamiento espiritual tanto personal como de la gente que le rodea, ayuda y atiende, como lo menciona en una de las dedicatorias del libro "A tantos que al ayudar a los demás en sus deficiencias encuentran ocasión de ser grandes en la vida". |
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El accidente y sus experiencias imnediatas como paciente
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Se trata, como en la mayoría de estos casos, de un accidente automovilístico, en la que el autor conducía su vehículo, solo, en una de las carreteras que unen Ciudad Real con Pamplona. Lo describe de un modo muy simple: "Mis recuerdos saltan de un punto indeterminado de la carretera a una cama en la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra" a la que ingresó un día de abril de 1991 El diagnóstico médico escueto pero realmente impactante: "Existe una interrupción medular completa en la región cervical lo que conlleva entre otras alteraciones físicas la pérdida de la movilidad y de la sensibilidad desde las clavículas hasta los pies". Analiza la actitud de sus médicos tratantes: "Estas situaciones de parálisis que no tienen perspectiva de solución imprimen en el médico un sello especial que hace que su relación con los pacientes sea distinta: una mezcla de solidaridad profunda y secreta, de rebelión y de impotencia por carecer de los medios adecuados para controlar de manera decisiva una lesión de esta índole". |
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Razones para escribir
... sobre la marcha... |
¿Por qué escribir? ¿Por qué contar su vida? La escritura en este caso no es un modo de pasar la vida; tampoco es una actividad terapéutica. Hay inicialmente dos razones triviales: La primera: Una sugerencia, un consejo de algunos de sus compañeros y amigos. La otra porque encuentra gusto en escribir aunque no necesariamente en mostrar su interior, aunque resultara conveniente. La razón principal y verdadera que el autor menciona para haber escrito el libro es Dios, el mismo que le ha creado y cuenta con él para desde allí proclamar su grandeza. Dice: "Procuro agradar a Dios en cada circunstancia de mi vida y trato de mostrarle a los demás para que sientan atraídos por El". Dedica el autor algunas líneas a expresar su agradecimiento y satisfacción por pertenecer a lo que considera una familia, el Opus Dei, cuyos miembros le han brindado la oportunidad para realizarse en la ida, no sólo cuando estaba en plenitud de sus facultades físicas sino especialmente en la época posterior a su accidente. Es intersante tambien el título de la obra "Sobre la Marcha", evidente expresado en doble sentido, en esa forma un tanto peculiar que es la vida en silla de ruedas y además porque lo hace en forma espontánea, de corrido, aunque realmente con notable articulación de las situaciones observadas y vividas. |
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En la Unidad de Cuidados Intensivos.
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Los médicos, las enfermeras y otros profesionales de la Salud que con alguna frecuencia hemos atendido a pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos no valoramos muchas veces en su real dimensión las experiencias que tiene un paciente en situaciones tan próximas a la muerte. Anota Luis de Moya, cómo su vida pendía de un hilo muy delgado; la gran dependencia de la tecnología médica descrita como "una maraña de tubos aéreos y de lineas endovenosas" que aunque indispensables para su supervivencia quisiera que no existieran, que fuera liberado de las mismas, que pudiera salir cuanto antes de aquel lugar. Son también muy interesantes sus observaciones sobre la actitud profesional y técnica de las enfermeras y rehabilitadores, a las que tiene más cerca y quienes le infunden más confianza para seguir viviendo, inclusive que los propios médicos a quienes por sus actividades les nota más distantes. |
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El proceso de recuperación
La vida diaria de cada día
Su utilidad |
El sufrimiento físico y moral que implica su recuperación no sólo de la salud sino también de sus actividades laborales es descrito con amplitud. Las actitudes psicológicas, morales, religiosas y flosóficas son presentadas en forma sencilla y espontánea. Es indudable que hay que pasar por una experiencia semejante para espresarlas como lo hace el autor. No quiero insistir en estos aspectos, pues tendremos oportunidad dentro de pocos minutos de escuchar evaluaciones especializadas de estos aspectos. Desde el punto de vista médico, los relatos de la recuperación están llenos de descripciones simples, pero riquísimas en contenido, de aspectos tales como el cuidado de la piel para evitar las úlceras cutáneas en los sitios de apoyo, conocidas clínicamente como escaras de decúbito, el cuidado de los emuntorios intestinal y vesical, el insomnio que le acompañó durante muchos meses, las dificultades en la alimentación, la insuficiencia respiratoria, las infecciones pulmonares y urinarias por microorganismos resistentes y las recaídas que le obligaron a hospitalizarse en varias oportunidades tanto en salas de cuidados intensivos como de cuidados intermedios. Finalmente, son ejemplarizadoras sus vivencias para lograr su rehabilitación ocupacional tanto en sus labores religiosas como académicas. La gran satisfacción experimentada por pequeños logros en sus actividades que le dan una impresionante fuerza moral. El pensamiento optimista en el futuro. El deseo de sobrevivir. El hecho de no haber deseado nunca la muerte a pesar de sus limitaciones. Quiero terminar repitiendo textualmente un párrafo que está destacado en la contratapa del libro "Consentir en una una visión negativa de mi situación supondría autocondenarme al victimismo. Ir por el mundo como dando pena se me hacía poco gallardo y un tanto falso, porque veía con claridad que teniendo la cabeza sana no había razón para no utilizarla con provecho". Estoy convencido que esta obra por su contenido es una lección de vida para cualquier ser humano, una clase magistral para los estudiantes de las ciencias de la salud, es un magnifico curso de post grado para médicos y enfermeras y es una valiosa arma terapeútica para el tratamiento integral de las enfermedades y ojalá pudiera estar a la mano, en la cabecera de nuestros pacientes. ¡Que el leer sus páginas sean un aliciente para quienes sanos o limitados físicos consideremos lo maravillosa que es la vida y que aun en las peores circunstancias podemos ser útiles a nuestros semejantes, con nuestra presencia o con nuestras obras!
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